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Sostenibilidad


La higiene de manos

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La importancia de la higiene de manos

8 de cada 10 infecciones se transmiten a través de las manos1. Un gesto tan simple como lavárselas correctamente con agua y jabón puede ayudar a prevenir enfermedades y evitar la propagación de gérmenes.

¿Por qué las manos?

  • Nos llevamos las manos a la cara constantemente y sin apenas darnos cuenta. Nuestros ojos, nariz y boca son puertas de entrada para todo tipo de microorganismos.

  • Los gérmenes de nuestras manos pueden terminar en la comida mientras la preparamos o la tomamos. En algunos alimentos, los gérmenes pueden multiplicarse si se dan las condiciones adecuadas, causando enfermedades al ser ingeridos.

  • Los gérmenes de las manos pueden transferirse a otras superficies como barandillas, puertas o juguetes, y luego transferirse a otras manos.

1. semFYC, 2009

Cómo lavarse las manos correctamente

No sirve con un enjuagado rápido. El lavado de manos solo es efectivo si se realiza de forma correcta: aplicando agua y jabón, frotando exhaustivamente las diferentes zonas de las manos y secándose las manos al terminar para eliminar la humedad (preferiblemente con una toalla de papel). También podemos usar gel hidroalcohólico si no tenemos acceso a agua corriente y jabón.

La canción de los Manosucias

Nuestra canción está pensada para enseñar a los más pequeños la forma correcta de lavarse las manos y ayudarles a formar el hábito.

El estribillo enumera los diferentes pasos para un lavado de manos efectivo (según la Organización Mundial de la Salud). Pero el tiempo también es importante: hay que repetirlo dos veces para cumplir con las recomendaciones. ¿A qué esperas para aprendértelo?

Nos enjuagamos las manos con agua y aplicamos una buena cantidad de jabón. Si no tenemos acceso a ambos, podemos usar un gel hidroalcohólico.

Frotamos las palmas entre ellas. Luego, usamos las palmas para frotar la parte de arriba de las manos.

Juntamos las palmas y entrelazamos los dedos. Frotamos para limpiar bien los espacios entre los dedos.

Cerramos las manos en forma de puño y frotamos los nudillos con la palma de la mano contraria.

Cerramos el puño derecho alrededor del pulgar izquierdo y frotamos bien. Repetimos con la otra mano.

Frotamos las uñas de una mano contra la palma de la mano opuesta, haciendo círculos. Repetimos con la otra mano.

Para terminar, eliminamos los restos de jabón con agua y nos secamos las manos con una toalla de papel.