¿Somos consumidores responsables?

El consumo y la producción necesaria para abastecer la demanda mundial dependen del uso de recursos naturales y esto sigue teniendo efectos adversos en el medio ambiente. La sociedad es cada vez más consciente de que, si queremos conservar el entorno natural, necesitamos adoptar hábitos de consumo más respetuosos y que promuevan la economía circular.

Disminuir el impacto de nuestra actividad es un factor determinante en las decisiones de compra. La compra de alimentación a granel o escoger productos con envases de materiales reciclados, son sólo un ejemplo. Por eso, para las compañías es cada vez más importante ofrecer alternativas sostenibles a los consumidores.

Acabamos de publicar los datos de nuestra última encuesta Global sobre Higiene y Salud, de la que se desprende que la mitad de la ciudadanía todavía considera que sus hábitos de compra y los productos que eligen no son determinantes para mejorar la sostenibilidad del consumo. Sólo el 53% de los encuestados afirma que son ellos mismos los responsables de consumir de manera más respetuosa con el medio ambiente. España es el país europeo con menor parte de población concienciada - en Alemania o Suecia el porcentaje es del 75% y en Francia un 65% de los ciudadanos lo consideran su propia responsabilidad.

Cuando se trata de llevar un estilo de vida más sostenible, las españolas y españoles hemos ido incorporando nuevos hábitos. El 78% de las personas encuestadas estaría dispuesta a clasificar residuos para reciclarlos, un 65% emplearía más tiempo en localizar productos con menor impacto y un 61% podría participar en actividades para ser más sostenibles. Estos datos muestran un crecimiento estable con respecto a encuestas anteriores, ya que según el estudio que llevamos a cabo durante 2021, entre las acciones que la sociedad española consideraba que tenía un mayor impacto positivo en el medio ambiente estaban reciclar y clasificar los residuos en casa -un 73%-, reducir los desperdicios -50%- y disminuir el consumo de energía -48%-.

En Essity sabemos que nuestra actividad tiene un impacto real en la sociedad y el medio ambiente. Por este motivo debemos ofrecer al consumidor soluciones que faciliten la economía circular, el reciclaje y la reducción de residuos.

Mayor conciencia en los hábitos, menor tendencia a pagar por alternativas sostenibles

A pesar de que los españoles estamos cada vez más concienciados del impacto de los hábitos de nuestro día a día en el planeta, existe todavía reticencia a pagar un mayor precio por productos con menor huella ecológica. Hemos desarrollado la Encuesta Global en 15 mercados, entre ellos 6 europeos y España es el país menos dispuesto a pagar más por alternativas sostenibles. Sólo un 28% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más, mientras que en países como Alemania o Suecia este porcentaje asciende al 30%, en Italia al 31% y en Francia llega al 56%.

La aparición de la inflación y el aumento de precios de los últimos meses ha generado una pérdida de poder adquisitivo. En consecuencia, existe preocupación entre los consumidores, que se centran en la contención del gasto y priorizan la duración de los productos y contar con alternativas asequibles.

Junto a los productos básicos, el bienestar y el cuidado personal y de los seres queridos siguen ocupando lugares de privilegio en la lista de la compra de los españoles. Por eso, entre aquellas personas dispuestas a pagar más, los productos de cuidado del cabello, piel y dental asumirían hasta un 12% de aumento de precio. En productos de tissue podrían gastarse hasta un 11% más y en productos de higiene femenina un 10%. Como media, por productos de higiene y salud sostenibles, los españoles están dispuestos a pagar un 10,85% más.

Atención a las materias primas y al etiquetado

Cuando se trata de buscar alternativas más sostenibles a los productos de uso diario, la transparencia de las empresas con respecto a sus productos tiene cada vez más importancia. Los datos indican que los ciudadanos tienen en cuenta, en primer lugar, con un 23%, que los ingredientes o materias primas sean naturales. El 19% se fija en el etiquetado y la certificación ecológica y bio y el 15% valora que se facilite el reciclaje.

Ya en la encuesta que desarrollamos en 2021 los ciudadanos se fijaban en los certificados ambientales y la información sobre el impacto de los productos. De acuerdo con esta tendencia, también los gobiernos nacionales y europeos están regulando en favor de una mayor transparencia en la información de los productos y sobre el impacto que tiene la actividad de producción en el entorno natural. Recientemente se ha aprobado una nueva normativa que obligará a más de 50.000 empresas en Europa a mejorar su rendición de cuentas, ya que deberán informar sobre el efecto de su actividad en las personas y el medio ambiente.